Viajes espaciales comerciales
Lo que era ciencia ficción, hoy es una realidad. El turismo espacial abre las puertas del Universo a la industria del entretenimiento y el placer.
Hasta hace algunos años la posibilidad de viajar al espacio, sin ser un astronauta profesional, era una idea más cercana a la ciencia ficción que a la realidad. Sin embargo, algunos empresarios vieron la veta económica que podía representar el negocio del turismo espacial y se lanzaron a financiar proyectos de investigación en ese campo.
Lo que era ciencia ficción, hoy es una realidad. El turismo espacial abre las puertas del Universo a la industria del entretenimiento y el placer.
Hasta hace algunos años la posibilidad de viajar al espacio, sin ser un astronauta profesional, era una idea más cercana a la ciencia ficción que a la realidad. Sin embargo, algunos empresarios vieron la veta económica que podía representar el negocio del turismo espacial y se lanzaron a financiar proyectos de investigación en ese campo.
Dennis Tito, un excéntrico millonario norteamericano, pagó u$s20,000,000 y se convirtió en el primer turista en viajar al espacio a bordo de la Soyuz TM-32 integrando una misión espacial rusa en 2001. Tito permaneció durante ocho días en la Estación Espacial Internacional y abrió definitivamente una nueva era para los viajes y la industria del entretenimiento fuera de este mundo.Space Adventures fue la empresa responsable de organizar aquella primera experiencia en conjunto con las autoridades aeronáuticas de Rusia y por detrás de ella llegaron nuevos inversores decididos a hacer del espacio exterior un destino turístico accesible y altamente rentable.En una entrevista, Eric Anderson, CEO de Space Adventures aseguró que “El costo de volar al espacio en el futuro dependerá de la demanda del mercado de vuelos espaciales. El objetivo de la empresa es hacerlos más accesibles para los ciudadanos privados”Virgin Galactic, propiedad del magnate de la música Richard Branson, es otra de las empresas que intenta conquistar el mercado de turistas espaciales para lo cual acaba de iniciar la construcción de un aeropuerto en el desierto de Nuevo México desde donde partirán los afortunados viajeros con destino a las estrellas.Virgin ha recibido ya alrededor de 300 reservas provenientes de 30 países. Los interesados deben contar con unos 150,000€ para realizar la travesía y ver la Tierra desde 100 kilómetros de altura en un viaje de dos horas de duración, que incluye 4 minutos de gravedad cero.
Está previsto que la empresa inicie sus operaciones el año próximo.Grandes aviones transportarán a las naves de turistas hasta una altura aproximada de 15 kilómetros. Allí se producirá un desacoplamiento y el inicio de un viaje increíble hacia la profundidad del espacio.Rocketplane es la otra corporación dispuesta a explorar este negocio de potenciales y astronómicas ganancias y ya es posible reservar algunos de sus tours suborbitales que tendrán un precio que oscila entre los u$s100,000 y u$s250,000. Se estima que Rocketplane comience a operar esta ruta turística antes que termine el 2009.
Aún cuando los precios continúan siendo prohibitivos, debemos reconocer que están muy por debajo de las tarifas que abonaron hace apenas un par de años algunos ansiosos millonarios.Algunas agencias de viajes ya comenzaron a comercializar estos excéntricos programas turísticos y España es el país que mayor porcentaje de reservas posee para realizar este tipo de turismo breve y oneroso.La industria de los viajes al espacio exterior aún está dando sus primeros pasos. Los expertos aseguran que el desarrollo de nuevas y mejores aeronaves permitirá una considerable reducción en los precios de venta de los tours y por ende la población civil podrá acceder con relativa facilidad a estas experiencias extra-planetarias.
Pero como la mayoría de las actividades humanas, los viajes comerciales al espacio también han sido cuestionados por organizaciones ambientales que aseguran que la emisión de gases contaminantes a la atmósfera en cada despegue afectará de manera irreversible el delicado equilibrio atmosférico con las imaginables consecuencias para la vida en este planeta.Más allá de las voces a favor y en contra, las listas de pasajeros ya están abiertas y continúan creciendo.
Personalidades de las ciencias como el célebre físico Stephen Hawkings y estrellas del espectáculo como Brad Pitt, Angelina Jolie o William Shattner (el recordado Capitán Kirk de Viaje a las Estrellas), ya tienen sus boletos para salir de este mundo en un viaje de placer.La legislación aplicable una vez que los vuelos salgan de la atmósfera terrestre, los impuestos que deberán pagar las compañías que presten estos servicios, la seguridad de los vehículos y los derechos de uso del espacio exterior, son algunos de los puntos controvertidos del negocio que aún no tienen respuesta.Julio Verne imaginaba estos viajes a comienzos del Siglo XX y cien años después ya son una realidad. El camino hacia la exploración del universo está en un punto de inflexión y podría hallar en el turismo espacial una fuente de financiamiento y de impulso tecnológico sin precedentes en la historia de la humanidad.
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